*Después de un par de días guarda tu pan en nevera envuelto en una tela y dentro de un molde con tapa o bolsa plástica bien cerrada. 

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*Puedes tajarlo y guardarlo en bolsa ziplock o molde con tapa en el congelador.

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*Para calentar y revivir tu pan y disfrutarlo como mejor sabe, corta la tajada y si lo sientes muy seco lo humedeces un poco y calientas en hornito, plancha o sartén a fuego medio-bajo por ambos lados. También puedes echarle un chorrito de aceite o un poco de mantequilla después de humedecerlo y antes de calentarlo.

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*No exageres con la temperatura. Es mejor esperar un poco y que tu pan quede doradito, crujiente y suave por dentro a que te quede quemado por fuera y frío o duro por dentro.

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*Para una recalentada espectacular de focaccia ponle un chorrito de aceite a la tajada humedecida y la calientas en la plancha, sartén o en el horno.